Otro año más ponemos fin a una nueva Semana Santa y tras muchas semanas cargadas de trabajo, nervios e ilusión llega el momento de pararse y hacer balance de todo lo vivido.
Si no profundizamos mucho lo primero que se nos viene a la mente es la sensación agridulce de un Domingo de Ramos que, desde sus primeras horas, nos mostraba una gran inestabilidad meteorológica que intentaba empañar todas nuestras ilusiones y al mismo tiempo arrojaba un alo de esperanza con un pronóstico de mejoría a lo largo de la tarde. Pero nada más lejos de la realidad, la tarde pese a los pronósticos favorables, se nos presentó lluviosa y desapacible y por mucho que intentamos evitarlo haciendo lo posible y lo imposible, esta situación nos impidió realizar nuestra Estación de Penitencia a la S.I. Catedral.
Sin embargo y pese a todo, una gran cantidad de vivencias y emociones hacen del pasado Domingo de Ramos un día histórico y maravilloso. Después de diecinueve años, las puertas de la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol volvían a abrir nuestra Semana Mayor y Granada entera quiso estar presente en una calle de Elvira que le supo poner al mal tiempo buena cara, acogiendo a los cientos de granadinos que aguardaron con fe durante varias horas el esperado momento.
Sin lugar a dudas, tras casi dos décadas fuera, Ellos quisieron vivir su Domingo de Ramos en su casa, en la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, realizando en su interior su Estación de Penitencia e invitando a todos los cofrades y granadinos a visitarlos en su querida calle de Elvira. Y así fue, durante todo el día y parte de la noche el barrio de la calle Elvira fue un ir y venir de cofrades deseosos de contemplar a Jesús de la Entrada en Jerusalén y a Nuestra Señora de la Paz en la casa que los vio nacer.
Muchas han sido las horas de trabajo empleadas durante la Cuaresma para devolverle a nuestra sede canónica y a nuestro barrio el esplendor de antaño, un esplendor que hace un año jamás podríamos imaginar y que cada día brilla con más intensidad. Muchos han sido los granadinos que durante las semanas previas han visitado nuestra sede parroquial para contemplar con ilusión como iban avanzando los preparativos, al igual que muchas han sido las historias, vivencias y anécdotas que cada tarde nos llegaban a las nuevas dependencias de la hermandad de la mano de nuevos hermanos que relataban con ilusión como soñaban que la Borriquilla volviera a salir de la parroquia de su barrio.
Por todas estas muestras de cariño y apoyo, nuestro sentimiento es de gratitud y orgullo y desde estas líneas la Junta de Gobierno de esta Ilustre Cofradía quiere mostraros su enorme agradecimiento.
Gracias a todos nuestros hermanos, especialmente a los más pequeños, que durante toda la espera cargada de nerviosismo e incertidumbre demostraron su cariño y devoción a nuestros Sagrados Titulares con su comportamiento ejemplar. Gracias a todos los que han dedicado su tiempo en trabajar para que todo luciera como Ellos se merecen.
Gracias a las Autoridades y Hermandades que nos acompañaron tanto en el Domingo de Ramos como durante la Cuaresma y la Semana Santa. Gracias por todas las muestras de cariño y detalles que nos han hecho presentes en vuestras Estaciones de Penitencia.
Gracias a la Real Federación de Cofradías por el apoyo y facilidades que nos mostraron para poder adaptarnos aunque las inclemencias meteorológicas no eran favorables.
Gracias a los medios de comunicación que mantuvieron informados a todos los cofrades allí congregados y acercaron las imágenes de Jesús de la Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz a todos los hogares y personas que no pudieron acudir al templo parroquial. Gracias por vuestros reconocimientos y por vuestro interés mostrado durante la Cuaresma para realizar vuestras emisiones desde el interior de nuestra sede canónica.
Gracias a todos los fieles, cofrades y granadinos por el arropo y el cariño recibido. Gracias a todos los que pacientemente esperasteis durante varias horas el Domingo de Ramos a las puertas de San Andrés y a los que durante toda la tarde entrasteis a rezarles.
En definitiva, gracias a todas las personas que día a día han hecho y siguen haciendo posible que el sueño que esta humilde cofradía comenzó construir, se haya convertido en el sueño de toda una ciudad. Que Jesús de la Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz os guíen y os acompañen siempre.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
La Junta de Gobierno
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